Cuando leo el salmo 30, el cual es una acción de gracias por haber sido librado de la muerte, me encuentro orando de la misma manera en que lo hace el salmista diciendo "...te glorificaré porque me has exaltado..." y le agradezco lo siguiente:
A.- No permitió que se burlaran de mí con risa a causa de mi situación de vida.
B.- Clamé y escuchó mi necesidad de sanidad y lo hizo.
C.- Guardó mi vida, estando al borde de la muerte me libró de ella.
D.- Alargó mis días sobre la tierra por su propósito y buena voluntad.
¡Te agradezco tanto mi Dios! miraste mi corazón y mis lágrimas cuando abundaban, cada día la preocupación por mi y mi familia me llenaba de nostalgia.
Pero tú Oh Señor tuviste misericordia, sabes que soy débil y que no puedo sostener mi propia vida si tú no lo haces.
Muchas cosas me has ido enseñando en esta etapa de mi caminar contigo, me pruebas para llevarme a serte fiel en los "desiertos" a los que me encaminas.
Al hablar de "desiertos" y pruebas, me viene a la memoria mi Señor Jesucristo, esto me trae la certeza de que se compadece de mí porque tambien pasó por "desiertos" en su obra para salvarme.
Pienso, ¿se preocupará menos por mí? ¿no se compadecerá ahora que mi vida está en él? ¡claro que sí!, su amor me tiene anclado a la gracia de mi Padre Celestial.
Por esto y por muchas cosas más, hoy Señor mío, me haces disfrutar de una noche en completa paz, asi como me acuesto así dormiré, porque mi confianza está en mi Dios. Salmo 4:8 (práfrasis mía).
Gracias mi Dios y Padre porque tuviste compación de mí. ¡Aleluya!
Nota: Esto fue escrito por primera vez el día domingo 20 de agosto del año 2023 a las 11:21 p.m
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